martes, 20 de octubre de 2009

LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS

Como ya sabéis son las religiones en las que se cree en un solo Dios (mono= uno, Teos = dios)
Son las siguientes:

Por orden de aparición:

Judía
Cristiana
Islámica

La Religión Judía

El término judaísmo se refiere a la religión o creencias, la tradición y la cultura del pueblo judío. Es la más antigua de las tres religiones monoteístas más difundidas (junto con el cristianismo y el islam), conocidas también como «religiones del libro» o «abrahámicas», y la menor de ellas en número de fieles. Del judaísmo se desglosaron, históricamente, las otras dos.
Aunque no existe un cuerpo único que sistematice y fije el contenido dogmático del judaísmo, su práctica se basa en las enseñanzas contenidas en la Torá, también llamado Pentateuco, compuesto, como su nombre lo indica por cinco libros. La Torá o el Pentateuco a su vez, es uno de los tres libros que conforman el Tanaj (o Antiguo Testamento, según el cristianismo), a los que se atribuye inspiración divina.
Juega también un papel importante en la práctica religiosa la tradición oral que, según las creencias fue entregada a Moisés junto con la Torá y conservada desde su época y la de los profetas. La tradición oral rige la interpretación del texto bíblico; la codificación y comentario de esta tradición ha dado origen a la Mishná, al Talmud y a un enorme cuerpo exegético, desarrollado hasta el día de hoy por los estudiosos. El compendio de estos textos forma la denominada Ley Judía o Halajá.
El rasgo principal de la fe judía es la creencia en un Dios omnisciente, omnipotente y providente, que habría creado el universo y elegido al pueblo judío para revelarle la ley contenida en los Diez Mandamientos y las prescripciones rituales de los libros tercero y cuarto de la Torá. Consecuentemente, las normas derivadas de tales textos y de la tradición oral constituyen la guía de vida de los judíos, aunque la observancia de las mismas varía mucho de unos grupos a otros.
Otra de las características del judaísmo, que lo diferencia de las otras religiones monoteístas, radica en que se considera no sólo como una religión, sino también como una tradición y una cultura.

Las otras religiones trascienden varias naciones y culturas, mientras que el judaísmo se considera la religión y la cultura de un pueblo específico. El judaísmo no exige de los no judíos unirse al pueblo judío ni adoptar su religión. La religión, la cultura y el pueblo judío pueden considerarse conceptos separados, pero están estrechamente interrelacionados. La tradición y la cultura judía son muy diversas y heterogéneas, ya que se desarrollaron de modos distintos en las diferentes comunidades, y cada comunidad local incorporó elementos culturales de los distintos países en los que vivieron los judíos a partir de la dispersión.


El símbolo judío de nuestros días por excelencia es la estrella de David (מָגֶן דָוִד, Maguén David, "escudo de David", véase en la plantilla de arriba), llamado así por la creencia de que el rey David lo adoptó como símbolo de armas en su escudo de guerra y en el de sus soldados, aunque aparece con su significado actual muchísimo más tarde, hacia la Edad Media. El símbolo conocido más antiguo del judaísmo es el candelabro ritual de siete brazos (מְנוֹרָה, la Menorá), emplazado antiguamente en el Tabernáculo (Éxodo 25:31-40), y luego en el Templo de Jerusalén (1Reyes 7:49).



La vida judía se rige por un calendario basado en la combinación del ciclo mensual lunar y del año solar, cuyos orígenes se remontan a tiempos bíblicos, y por el cual se rigen las festividades y ritos de la religión hasta el día de hoy.



La festividad judía más venerada es el Shabat (del hebreo שַׂבָּת, sábado, "reposo, cese de actividad", Génesis 2:2-3), considerado sagrado y superado, en solemnidad, sólo por el Día del Perdón o Yom Kipur, precisamente llamado también "Sábado de sábados". Su relevancia en la vida judía es tal que está incluido entre los Diez Mandamientos, que se estiman palabra divina (Éxodo 20:8-11, Deuteronomio 5:12-15).
El liderazgo de la comunidad judía tradicional está en manos del rabino, persona culta y docta en la Halajá que conduce a sus acólitos no sólo en lo espiritual y religioso, celebrando el culto judío, sus festividades y celebraciones, sino que se gana el respeto de su grey como autoridad moral y líder comunitario, brindando consejo, solucionando problemas y dirimiendo todos los conflictos que pudiesen suscitarse entre sus miembros.
El culto judío se celebra en el templo o sinagoga, que sirve asimismo de lugar de reunión y encuentro comunitario, para cuyo fin el rezo en público requiere de un mínimo de diez varones. La sinagoga sustituye en tal función al Templo de Jerusalén, destruido en el año 70 y lugar único de oración y peregrinación hasta su desaparición física. Del mismo modo, los sacrificios rituales que allí se efectuaban fueron reemplazados por sendas plegarias, que el judío piadoso eleva tres veces al día: al alba (שַׂחֲרִית, Shajarit), por la tarde (מִנְחָה, Minjá) y al anochecer (עַרְבִית, Arvit). En días festivos se agrega una cuarta a media mañana (מוּסָף, Musaf), y sólo en Yom Kipur se cierra la celebración con una quinta plegaria (נְעִילָה, Ne'ilá).
La religión y el pueblo judío consagraron desde siempre a la tierra de Israel, la tierra sagrada, como uno de sus ejes principales, ya desde sus mismos albores (Génesis 12:7), convirtiéndose ésta en parte integral de la idiosincrasia judía: el mundo se divide entre la Tierra Santa y todo el resto, llamado diáspora. Así, las sinagogas de todo el mundo se construyen de cara a Israel; los rezos y festividades concuerdan con su clima y sus estaciones; gran parte de los preceptos pueden cumplirse sólo al pisar su suelo, por nombrar algunos pocos. Dentro de la tierra de Israel ocupa Jerusalén un lugar único en la devoción judía, y dentro de la ciudad los restos del Templo de Salomón, el llamado "Muro de los Lamentos", es considerado el más sagrado de los sitios. Comparten con Jerusalén su condición de santidad, en menor medida, también las ciudades de Hebrón, Safed y Tiberíades.
El pueblo judío se identificó desde un principio con la lengua hebrea, considerada "lengua sagrada" (לְשׁוֹן הַקּׁדֶשׁ, leshón hakódesh), en la que están escritas la Torá y la mayor parte de la literatura judía. Relegada a condición de lengua muerta durante siglos, reservada a la oración, a la literatura y a los textos jurídicos y teológicos, fue recuperada como lengua hablada y modernizada con el resurgir del sionismo y adoptada como lengua oficial del Estado de Israel.

Religión Cristiana

El criterio general para basar las creencias se encuentra en sus escritos sagrados, entre los que destaca la Biblia, siendo la única fuente doctrinal válida de muchas denominaciones, en particular las de corriente protestante.

Otra fuente doctrinal importante son los credos, aunque no poseen necesariamente la unicidad de criterios para su aceptación, ya que pueden ser aceptados total o parcialmente, o rechazados en su totalidad, dependiendo de la denominación. Algunas tradiciones cristianas, tales como los bautistas y las Iglesias de Cristo, aceptan estas creencias, pero no el credo mismo, debido a que los credos son considerados en estos grupos como no pertenecientes a las escrituras. Todo lo anterior sucede también con otros escritos aunque no poseen tanta aceptación como la Biblia.

Existen enormes diferencias en las creencias de aquellos que se identifican como cristianos, aun así es posible plantear afirmaciones generales las que describen las creencias de una gran mayoría, entre las que destacan:

  • Jesucristo es el Mesías (o Cristo) descrito en el Antiguo Testamento y el hijo de Dios. Las corrientes principales del cristianismo aseguran que es completamente Dios (o divino) y completamente humano: dos naturalezas en una persona.
  • La "Resurrección General", en la cual las personas que han vivido se levantarán de la muerte al final del tiempo, para ser juzgadas por Jesucristo.

No todos los cristianos han aceptado completamente estos estatutos de fe. De hecho, la mayor parte de los credos apuntan a diferenciar ciertas creencias de otros cristianos primitivos, los cuales son tomados usualmente como heréticos, ya que representan una divergencia consciente de la corriente principal del cristianismo. La mayoría de las disputas se centran en la divinidad de Jesús, la Trinidad, o ambos. Ejemplos de esto incluyen a los grupos ebionitas, los cuales niegan la divinidad de Jesús, así como los grupos docetistas, que niegan que Cristo haya sido humano, o los arrianos, quienes rebaten que el Padre y el Hijo sean "un ser".

Religión Islámica

Doctrina del islam

La doctrina islámica tiene seis pilares en su fe que forman parte de las acciones interiores de los musulmanes y cinco pilares[8] que son una adoración tanto interior como exterior. que son:

  1. La aceptación de fe.
  2. Establecer la oración.
  3. Dar el Azaque.
  4. Hacer el ramadán.
  5. La peregrinación una vez en la vida al menos.

Seis Pilares de la Fe

Los eruditos musulmanes plantean que la creencia dentro del islam tiene seis pilares que la conforma;[9] conforme al Corán todos los musulmanes tienen que creer en Dios, sus ángeles, sus libros, sus profetas, la predestinación y en la próxima vida.[10]

Dios

Dios en el Corán se nombra a sí mismo como Allah, nombre derivado de la raíz semítica El. Si bien el término es más conocido en Occidente por su utilización de los musulmanes como referencia a Dios, este es utilizado por los hablantes de árabe de todas las religiones abrahámicas, incluidos los cristianos y los judíos, en referencia a "Dios".[11] [12] [13] La creencia en Dios dentro del islam consiste en cuatro aspectos:
  1. En Su existencia. Esto primeramente por guía del Creador a Su siervo,[14] posteriormente por evidencias del instinto natural del ser humano, la razón, los sentidos, signos en la creación y como prueba principal; los textos sagrados.[15] [16]
  2. En que Él es el único, en Sus actos y dominio de este Universo, es decir; Él único Creador, Sustentador, Soberano, etc.
  3. En que Él es la única divinidad y sustentador de las cualidades divinas, por lo tanto solamente Él es el merecedor de la adoración.
  4. En Sus nombres y atributos: Consiste en afirmar de Dios lo que ha afirmado de Sí mismo en el Corán o a través del profeta Mahoma, sobre sus nombres y atributos divinos, sin distorsión, negación, o asemejarlo a algo de este mundo.[17] [18]

Dado que se trata del mismo Dios de cristianos y judíos, las cualidades que los musulmanes le atribuyen son básicamente las mismas que le atribuyen aquellos, pero hay diferencias considerables. Es reseñable, sin embargo, que el islam, a semejanza del judaísmo pero alejándose del cristianismo, insiste en su radical unidad (tawhid), es decir, que es uno y no tiene diversas personas (como afirma en cambio la mayoría de las corrientes cristianas con el dogma de la Trinidad) en su carácter incomparable e irrepresentable.

El islam se refiere a Dios también con otros noventa y nueve nombres, que son otros tantos epítetos referidos a cualidades de Dios: El Clemente (Al-Rahmān), El Apreciadísimo (Al-'Azīz), El Creador (Al-Jāliq), etc. El conjunto de los 99 Nombres de Dios recibe en árabe el nombre de al-asmā' al-husnà o ‘los más bellos nombres’, algunos de los cuales también han sido utilizados por cristianos y judíos o han designado a dioses de la Arabia preislámica. Algunas tradiciones afirman que existe un centésimo nombre que permanece incognoscible, que es objeto de especulaciones místicas, y que se define en ocasiones como el Nombre Inmenso (ism al-'Azam), o como el Nombre de la Esencia, figura que también existe en el judaísmo, y que ha tenido una gran importancia en el sufismo. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra rabb (señor).

Mahoma dijo que Dios tenía 99 nombres, en este versículo del Corán se mencionan algunos:

Es Alá "no hay más Dios que Dios", el Conocedor de lo oculto y de lo patente. Es el Compasivo, el Misericordioso. Es Alá "no hay más dios que Dios", el Rey, el Santísimo, la Paz, Quien da Seguridad, el Custodio, el Poderoso, el Fuerte, el Sumo. ¡Gloria a Alá! ¡Está por encima de lo que Le asocian! Es Allhá, el Creador, el Hacedor, el Formador. Posee los nombres más bellos. Lo que está en los cielos y en la tierra Le glorifica. Es el Poderoso, el Sabio.

La palabra Allāh está en el origen de algunas palabras castellanas como "ojalá" (wa shā llāh: ‘y quiera Alá’), "olé" (wa-llāh: ‘por Alá’) o "hala" (yā llāh: ‘oh, Alá’).